Oí a decir a alguien en un programa de Doce Pasos que mucha gente deja el programa pasados los cinco años porque la realidad se les hace muy cuesta arriba sin su droga (en nuestro caso comer en exceso). Algo tiene que llenar el vacío. Algo que siempre está a nuestro alcance tiene el poder de hacer lo que la comida hacía por nosotros en el pasado, y ese algo está más allá de las ocho maravillosas herramientas que tenemos a nuestra disposición. Llega un momento en el que las herramientas son insuficientes para calmar, aliviar, eliminar nuestros miedos y mantenernos abstinentes de la comida.

Hoy, ese algo para mí es mi Poder Superior. A medida que trabajo los pasos de este maravilloso programa, mi Poder Superior va corrigiendo mis defectos. Pero el problema es que queda un vacío, un espacio que sólo Dios, mi Creador, puede llenar. En nuestra desesperada necesidad de llenarlo, muchos volvemos justo a aquello que nos había causado tanto daño en el pasado, o comenzamos a practicar una compulsión diferente. Dios es el Único que con su amor incondicional puede llenar de verdad ese vacío.

 D.L.H.

Caruthersville, Missouri, EEUU.

Lifeline, Febrero de 1998

(Recordamos que los testimonios expresados por personas individuales no representan la de Comedores Compulsivos Anónimos en su Conjunto).