Escuchando las historias de los miembros de OA, uno oye una y otra vez: “No creí que fuera posible”.
Los miembros decían que no era posible para ellos perder peso, dejar los atracones, mejorar las relaciones, manejar los problemas o encontrar el equilibrio en sus vidas. Pero después de trabajar el programa, las mismas personas proclaman que estas cosas buenas sucedieron.
¿Cómo puede ser esto posible? Yo también, me burlaba y no creía que las promesas fueran posibles. Preguntaba, desafiaba y no me atrevía a creer en el éxito. No podría soportar, otra vez, volver a fracasar.
El año pasado volví a OA después de una ausencia de 7 años. La desesperación me llevó a una reunión; pero una madrina, el Libro Grande y otras personas del programa hicieron que siguiera viniendo. Me ofrecieron apoyo y esperanza.
Con la ayuda de miembros de OA y de mi Poder Superior, un día a la vez, sigo adelante consiguiendo “mi imposible”. Hace justo un año, consideraba los cambios en mi forma de pensar, de comer y en mi cuerpo como sueños imposibles.
Al comedor compulsivo que todavía sufre, con humildad y agradecimiento, le digo: “El programa de OA hace que lo imposible suceda”.
Susan S., Coral Springs, Florida
EEUU