Rara vez hemos visto fracasar a alguien que haya recorrido este camino por entero. Nuestras vidas muestran de una forma general cómo éramos, lo que sucedió y cómo somos ahora. Estas promesas están cumpliéndose entre nosotros (a veces rápida, a veces lentamente) pero siempre se convertirán en realidad si llevamos a cabo las acciones correspondientes.
- Veremos resultados antes de llegar a la mitad del camino
- Vamos a conocer una libertad y una felicidad nuevas
- No nos lamentaremos del pasado ni desearemos cerrar la puerta que nos conduce a él
- Comprenderemos el significado de la palabra serenidad y conoceremos la paz
- Independientemente de lo bajo que hayamos llegado, veremos cómo nuestra experiencia puede beneficiar a otros
- Desaparecerá el sentimiento de inutilidad y lástima por nosotros mismos
- Perderemos el interés en las cosas egoístas y nos interesaremos por nuestros semejantes
- Se desvanecerá la ambición personal
- Nuestra actitud y nuestra visión de la vida cambiarán
- Perderemos el miedo a la gente y a la inseguridad económica
- Intuitivamente sabremos cómo comportarnos en situaciones en las que antes nos sentíamos desorientados
- Repentinamente, nos daremos cuenta que Dios está haciendo por nosotros lo que no éramos capaces de hacer por nosotros mismos